Una de las celebraciones más tradicionales que existen en Etiopía, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, es la festividad de Meskel. Cada 17 de septiembre del calendario etíope (septiembre 26 y 27 del calendario gregoriano) los etíopes conmemoran el descubrimiento de la Vera Cruz, celebración que se inicia el día antes con numerosas procesiones que llegan desde las iglesias con el objetivo de rodear una construcción de madera decorada con margaritas amarillas y una cruz conocida en la tradición etíope como «Damera”. Al ponerse el sol, el patriarca de la iglesia ortodoxa etíope, prende la madera e inaugura la celebración anual de la festividad de Meskel.
La tradición cuenta que, en el siglo IV, Santa Elena, madre del emperador romano Constantino, tuvo una revelación en uno de sus sueños. En él se le decía que debía prender una gran hoguera y la dirección que tomara el humo le guiaría para encontrar el camino donde se encontraba la verdadera cruz. Al despertar, así lo hizo y el humo le mostró el camino correcto donde la cruz estaba enterrada. Santa Helena dio un trozo de la Vera Cruz a todas las iglesias, incluyendo la Iglesia etíope.
Según la leyenda etíope, cuando las personas se acercan a la Vera Cruz quedan desnudos por su potente luz. Debido a esto, se tomó la decisión de enterrarla en la montaña del monasterio Gishen Mariam en la región de Wollo. En este monasterio se halla un libro donde está escrita la historia de la Vera Cruz y la forma en que llegó hasta allí.
El día después de Damera es Meskel. El festival se celebra con mucho colorido y preparando mucha comida. Los creyentes hacen cruces en la cabeza con las cenizas de la hoguera como signo de devoción. Las margaritas amarillas de Meskel, también representan un nuevo comienzo después de la temporada de lluvias.
En todas las ciudades importantes la ceremonia se celebra con mucho colorido, pero el mejor lugar para celebrar Meskel sigue siendo la capital, Addis Abeba.